Nos recibieron  con mucho entusiasmo, dispuestos a que nuestra experiencia en la selva amazónica fuese memorable. Nos unimos a gente con el mismo interés, de todas partes del mundo,  con quien compartimos comidas, excursiones y shows permitiendo el toque humano al contacto con la naturaleza extrema.

Amazonas es tan grande, que una parte se encuentra en Brasil, otra en  Perú y otra en Colombia.

Hermosa reserva natural y pulmón del mundo, donde encontramos un altísimo nivel de humedad y altos grados de temperatura, que hacen que nos sintamos cerca de casa. Aunque la realidad se impone, con el sonido de la naturaleza, cambiante entre el  día y la noche, al amanecer y al anochecer. Los animales se mueven y cantan, mientras el agua se aquieta y cambia de color. Creaciones de paisajes panorámicas que se forman sin importar la posición de la embarcación.

Nos levantamos temprano para disfrutar de amaneceres únicos e irrepetibles en colores y composición, al trasladarnos a posiciones ya estudiadas por los especialistas para darnos el mejor ángulo y componer fotografías que pudiesen hacer de las vistas, cuadros perpetuos.

Visitar los elefantes rosados, ir en busca de caimanes, o dar de comer a los monos ladrones, era nuestro dilema de cada día. En algunas excursiones, pudimos disfrutar de lugareños del Amazonas, que cuentan hasta con energía eléctrica, provocando interesantes interrogantes y discusiones de si es lo correcto o no, llevar el desarrollo a los indígenas? Llevar a los indígenas a las ciudades? Preservar las costumbres de los indígenas? Encontramos una tribu llamada rio Cuieira, la cual cuenta con la escuela más digital y completa que hemos visto en toda nuestra vida,  patrocinada por empresas privadas que adelantan a estas personas en el tiempo que  vive la humanidad. En uno de sus espacios, visitamos una especie de altar, donde se encontraba en vez de una cruz, una pelota de futbol  y así entender la devoción del brasileño por el futbol.

Grandes bocanadas de aire y  fotografías mentales  nos llevamos de las amazonas brasileñas. Especial lugar para los amantes del turismo ornitológico, que incluye descanso físico y mental, por el nivel de aislamiento que supone.

Se puede repetir,

Turistas por Vocación